lunes, 24 de septiembre de 2012

Una boda al aire libre y durante el día es sin duda símbolo de informalidad y alegría.
Generalmente se eligen temporadas como primavera o verano para estas bodas, ya que las probabilidades de que el clima sea más benévolo son mayores, aunque claro, lamentablemente, esto es algo que no se puede asegurar 100%. Por eso siempre se recomienda al respecto tener un plan B. Aunque se trate de un lugar con mucho espacio al aire libre, como una quinta o una estancia, se busca que tenga un restaurant, una casona o se arme una carpa techada para casos de lluvia.
La informalidad se traduce también en la vestimenta, tanto de los novios como de los invitados. Esto depende mucho del gusto de los novios, pero se aplica perfectamente a parejas que tengan preferencias más relajadas, y a las que no les importen las reglas demasiado impuestas, dando más libertad a sus invitados a la hora de vestirse.









Por último, habrá que resolver las cuestiones de sonido al aire libre. Por un lado, asegurarse de que el lugar tenga el permiso para pasar música afuera, y por el otro, que cuente con buenos equipos para hacerlo, ya que un espacio al exterior sí o si necesita de mejores equipamientos.








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